viernes, 15 de octubre de 2010

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un día me volveré poesía, no poeta.

en cambio poesía me puedo convertir cualquier día. un día de otoño o cuando la nieve empiece a caer. me puedo fundir en la niebla que se ve desde la ventana o perderme en una rama de hojas amarillas con las ardillas rojas que corren a mi lado.

me voy a convertir en poesía para que se esfumen las palabras que me dificultan decir las cosas. si soy poesía todos me podrán sentir, ya nadie tendrá que hablar. si soy poesía seré risa y llanto al tiempo. seré silencio preciso y abrazo para perderse.

si soy poesía no me dolerá nada porque el sentimiento lo abarcará todo. seré poesía un día de estos para no tener que escribir más, para no tener que pasar por la penosa angustia de no poder organizar lo que quiero decir.

seré poesía sólo para no tener la dicha de pensar.

viernes, 8 de octubre de 2010


yo a usted le podría escribir algo todos los días. me podría sentar todas las mañanas y algunas noches frente al computador para escribirle alguito. para que no me olvide, para que no perdamos la costumbre de hablar. pero esto no es hablar, esto es leer… y leer no significa lo mismo que hablar: porque yo no lo escucho y usted tampoco me escucha, porque yo no veo cómo usted mueve las manos para tratar de explicar, cómo se coge la cabeza sin pelo, cómo se mete la mano dentro del bolsillo derecho del pantalón.

le podría escribir todos los días para sentirnos cerca. pero eso no cura la tristeza ni la depresión. la ausencia es física también. yo puedo llenarlo de palabras pero no puedo llenarlo de cariño, de miradas, de roces, de contacto. y como no puedo llenarlo de cosas q verdaderamente sirvan, prefiero no escribirle más. podría agobiarlo también con tanta palabrería y al final usted necesita sentir, no leer.