lunes, 30 de agosto de 2010


te esperé hasta que me ardieron los ojos. hasta que las gafas me pesaron tanto que tuve que quitármelas. hasta que no pude reconocer la letra de las canciones que salían de la grabadora. te esperé hasta que se me enfriaron los dedos y las orejas se me pusieron moradas. te esperé hasta que en la última casa se apagó la última luz. te esperé hasta cuando tuve que meterme debajo de las cobijas para que el coco no me encontrara. hasta que la boca se me secó por no tomar agua mientras te esperaba. te esperé una cantidad de noches. esperé tu voz, tus ojos, tus brazos. te esperé. creo que tú no sabes que yo he estado esperando durante todo este tiempo. creo que no te interesa. creo que tendré que dejar de esperar . . .