sábado, 4 de junio de 2011

valer la pena

"Pero ahora tengo veinticuatro años y la cosa, además de insoportable, es ridícula." AM.

quería escribir antes pero no sabía a ciencia cierta de qué. no sabía bien qué decir... tal vez transcribir algunos apuntes, pero no. no estaba segura. hoy me siento y decido terminar esta entrada que había dejado en remojo... tampoco es que sea muy trascendente lo que tengo que decir, lo que quiero decir....

una vuelta al sol completa le he vuelto a dar. una vuelta entera. y fue un día bonito porque amaneció lloviendo y además era miércoles. y me lavé el pelo. cada cosa por separado hace de mi día algo lindo, pero las tres al tiempo solo podían significar que sería el mejor de los días.

ahora, no sé si fue el mejor, pero sé que fue bonito. que estuve y no estuve, que comí mucho ponqué y que brindé. que estuve muy feliz de haber cumplido otro año. porque celebré que no me morí antes, que ya tengo 24. que estoy lejos pero contenta. que lo he logrado, sí. porque viéndolo en perspectiva sí he hecho mucho.

recuerdo que alguna vez le dije a mi hermano, mientras veíamos el noticiero y destacaban a un joven jugador de algún deporte porque estaba haciendo cosas muy significativas en su rama y no pasaba de los 20 (para esa época yo también tenía menos de 20), que me sentía un poco mal al ver tanta gente triunfando y tan joven, que eso me daba por pensar que yo no había hecho mucho. y él me dijo, entonces, con su tono ceremonial cuando quiere hacer alguna aseveración que a mí me deja mal parada porque me hace sentir muy pequeña e inmadura, que yo había hecho mucho, muchísimo hasta donde iba. que no me podía comparar pero que todo lo que había logrado hasta ese entonces significaba mucho.

de cumpleaños recibí varios regalos sencillos: cartas que atravesaron el océano, un tarjeta con un avión de papel que hizo maxi y otra tarjeta firmada por la flia. que también hizo maxi; chocolates por parte de los abuelos y como tres felicitaciones de santi; dulzura de parte de gabriel; algunos correos que me llegaron al alma; una historia ilustrada; la llamada de mi mamá y mi hmno; la de mis abuelos y la de marthica; una celebración sorpresa con merengue, rancheras y bachata de fondo; un ponqué delicioso de cerezas negras; una cartelera que dejé en la casa de fernanda; una canción; una tarjeta que me invita a despreocuparme porque "sólo es un año más.... o menos" y así, muchos buenos deseos. entre dichos regalos recibí el correo de mi papá que, como siempre, se enorgullece de verme donde estoy y que me dice que cada día tengo una hoja de vida más interesante...

eso me llevó a pensar sobre lo que he hecho y lo que no, lo que he alcanzado. quién soy ahora, quién creía que iba a ser cuando tenía 20 y quién quiero ser dentro de 20. me hizo darme cuenta -y entonces vuelven las palabras de mi hermano- que en realidad sí he hecho mucho y todavía queda mucho por hacer. y aunque a veces crea que esto no tiene mucha importancia, que podría ser mejor, que los errores siempre están ahí recordándome que los cometí... aunque a veces me da mucho palo y piense que las cosas no las merezco. aunque a veces sea pesimista... lo he logrado.

y ya no puedo decir que no quiero crecer más. porque lo he estado haciendo desde siempre y por fortuna, ¡válgame dios! tengo que decir y me lo repito que hay que ¡tomar la vida como un acto inaplazable! y vivir aquí y ahora, por mucho que nos cueste, por mucho que nos duela, por mucho que la embarremos y lo mucho que no queramos seguir.

tomar la vida inaplazablemente, como un acto político y social, para comprometerse con un entorno, con un círculo, con una realidad. tomar la vida desde el mismo momento en que nos damos cuenta dónde estamos y con quién. tomar la vida, asumir el tránsito, el tiempo.

tomar la vida y darse cuenta que todo, absolutamente todo, ha valido la pena.